Crítica de Heroes of History: Un Civilizations con Mucho Sabor
Viajes en el tiempo, pagar impuestos en la Antigua Grecia y granjas de fantasía: sí, aquí puedes tenerlo todo.
Mi Primera Pirámide: Torcida pero Orgullosa
Todo empezó con un erial y un par de desgraciados tostandose al sol. Así arranca mi odisea en Heroes of History. Antiguo Egipto. Calor, arenilla y viento. Pero un potencial que flipas. El tutorial vino con su clásica promesa vaga: "Construye una civilización, haz historia y de paso no la líes mucho". Vamos, lo de siempre.
A los diez minutos, ya tenía plantada una granja de cereal, un cuartel y un mercado que parecía más un chiringuito de polo de limón. Pero funcionaba. Los recursos iban cayendo. Los aldeanos correteaban con sus cántaros como si fueran a algún sitio súper importante. Cada toque era grano, monedas, piedra: los ingredientes básicos de cualquier imperio que se precie.
El ritmo al principio: ágil. Con mis objetivos claros, los dioses de mi parte y el currículum listo para poner "faraón" en Linkedin.
Época de Tocar y Rezar
Cuando ya tenía el cotarro en marcha, entré de lleno en la movida de los héroes. Ojito, porque esto sí que tiene su aquel. Nada de aldeanos random con nombres de RPG genéricos. Aquí tienes a Cleopatra. Julio César. Leónidas. Gente de la buena, cada uno con sus rarezas, estadísticas y más carácter que algunos jugadores del FIFA.
Traerlos a tu equipo es un minijuego en sí: que si colecciona pergaminos, que si piezas, que si súbeles de nivel, ponles cacharros... y a luchar. Unos aguantan, otros revientan todo, y hay quien sólo grita y espera que salga bien.
¿Mi dream team? Cleopatra (por supuesto), Guan Yu (bigote top), y Hércules (que lleva un garrote más grande que mi coche). Fuimos al primer campamento y lo dimos todo.
El combate no es física cuántica, pero hay que estar atento. Colocar bien, activar habilidades a tiempo... y cruzar dedos para que la IA no se dedique a darle cabezazos al muro. Al menos, da el pego de táctica, aunque tú estés más bien mirando desde la barrera.
Cuando el Gameplay Se Convierte en Picadora
Llegada la cuarta era, tocando la Grecia Clásica, tenía la ciudad a tope: templos, murallas decentes, puerto propio. Barría la niebla a ritmo de pro y acumulaba oro como el típico tío tacaño del pueblo.
Y entonces... la hostia.
No fue un frenazo. Más bien como andar por una piscina de gelatina con calcetines de lana.
Los edificios ahora querían mármol. Y cobre. Y cristal. Para conseguir eso, necesitabas otros edificios que, sorpresa, aún no habías desbloqueado. Para desbloquearlos, explora. Para explorar, necesitas exploradores, que piden victorias, que necesitan héroes bien vestidos, que requieren materiales raros… Venga, que esto es como esas matrioskas rusas infinitas.
Bienvenido a la mitad de partida.
Ahora todo tenía una checklist secreta. ¿Mejorar el templo? Por supuesto, si tienes veinte barras de cobre, tres pergaminos y un héroe que haya hecho yoga en leche de yak (no me acuerdo del requisito real, pero por ahí iba la cosa).
La famosa "grindeada" ni se esconde: viene con túnica dorada y cobra la entrada.
Que Cleopatra Tire del Carro
Intenté aguantar. Ni un euro gastado, sólo cabezonería y paciencia. Entraba, ponía a trabajar a la peña, dejaba las colas y me iba antes de que me diera por borrar la app.
Menos mal que están las alianzas. Te metes en una, compartes bendiciones y recursos, das caña en guerras, y las eternas esperas parecen menos castigo y más trabajo en grupo estilo colegio.
Cleopatra, a nivel veinte y luciendo un báculo que sólo puede ser de evento limitado. Ella sola resolvía las peleas curando y arrasando como si su vida dependiera de impresionar. Leónidas? Se dobla como papel mojado. Hércules? Mejor como muro que como héroe: no le pidas prisas. Si no inviertes en los buenos, la mitad de tus héroes son para decorar.
Los eventos sí dan vidilla. Misiones diarias con botines chulos, pero a cambio de cosas tipo "Gana tres batallas solo con arqueros" o "Cosecha 200 verduras cantando himnos egipcios". (Vale, esto último me lo invento, pero casi.)
Entretenido... pero el minijuego de gastar dinero siempre llama fuerte. ¿Que se puede avanzar gratis? Sí. Prepárate para hojas de cálculo, varios temporizadores y la paciencia de un monje tibetano.
Construyendo la Ciudad (y la Ansiedad)
Hablemos de tu imperio. Queda feten. Cada era tiene su color: torres egipcias, columnas romanas, mercadillos medievales... Todo evoluciona y bulle.
Gestionarlo... ay madre.
Edificios que son puro postureo. Otros que fabrican cosas. Algunos desbloquean invenciones. Y los que sólo curran si tienes un héroe asignado — que seguro anda en la batalla de turno.
Una vez estuve diez minutos despotricando con una mina de cobre que no soltaba ni un gramo. ¿Bug? Nah, necesitas un héroe supervisando. El juego no avisa; deja que te frias mientras los aldeanos se tumban al sol como en un anuncio de vacaciones.
Al final, tener espacio es el verdadero jefe final. El mapa se queda pequeño, la niebla te fastidia y pasas media vida debatiendo entre plantar otra granja o llorar en silencio mirando tus almacenes. A cierto punto, todo va menos de estrategia y más de sobrevivir tu propia hoja de excel.
Cuando la Historia Es Deberes
Hacia la sexta era llegué al clásico bajón. Sí, ese. Conectas, das clics, recoges coletillas, inicias mil timers, miras la pantalla y te preguntas, "¿qué diablos hago aquí?"
¿Aburrido? No del todo. ¿Entretenido? Tampoco. Simplemente... en bucle.
Ese es el truco. Heroes of History entra por los ojos, suena bien, animaciones molonas, música relajante. Parece que invita a relajarse, pero cuando se acaba la gracia... te das cuenta que llevas tres horas cumpliendo tareas disfrazadas con túnica romana.
Aquí hay diversión, especialmente al principio. Construir, pelear, sentirte emperador pixelado durante un rato. Pero cuando pasa el efecto wow, lo que queda es una lista de recados enmarcada en oro.
Antes de Dar el Salto a la Próxima Era
¿Recomendaría Heroes of History? Sí. Pero sé sincero sobre tu tolerancia a la rutina.
Si te molan los city builders con toques tácticos, aquí tienes tela para un buen rato. El rollo histórico vale la pena. El sistema de héroes es resultón. El inicio, muy dinámico. Y sí, puedes avanzar sin poner la visa.
Eso sí, mentalízate: temporizador, energía, pasos de más... Si todo eso te pone de los nervios, mejor mira un vídeo en YouTube.
Hay buen juego aquí. A ratos hasta sobresaliente. Pero para verlo de verdad necesitarás paciencia, dinero, o ambas cosas.
Cleopatra sigue dándolo todo conmigo. Algo es algo.