Honkai Star Rail

Valoración

4.1

Votos
1815
Fecha de lanzamiento
26 de abril de 2023

Sobre el juego

¿Y si Persona se fuera de viaje interestelar, cambiara las mazmorras por planetas y, además, te diera un cubo de basura parlante como compañero? Honkai: Star Rail es un RPG por turnos de HoYoverse en el que recorres galaxias con estética anime a bordo de un tren cósmico, luchas contra dioses usando tácticas de equipo espectaculares y montas tu escuadrón soñado sin gastar un euro (si tienes paciencia). Raro, ingenioso y estratégicamente salvaje.

Análisis

Honkai: Star Rail – Un tren estelar lleno de gacha, dioses y desmadre espacial

¿Para qué te vas a pegar con demonios en una mazmorra cuando puedes darle un puñetazo al destino en un tren espacial?

Sabes que te espera un viaje potente cuando tu primer colega es una criminal de guerra de pelo plateado con amnesia y la segunda, una mini princesa de hielo capaz de borrar un planeta de un soplido. Honkai: Star Rail no se anda con rodeos: te agarra de la pechera, te sube a la Astral Express, te da un bate mágico y te señala hacia un universo que se está viniendo abajo. Cinco minutos después, ya estás zurrando monstruos que comen recuerdos, esquivando crisis existenciales y filosofando sobre el libre albedrío con una papelera. Se viene curva.


Mi primer boss: un desastre delicioso

Entré al primer jefe convencido de que, habiendo jugado a Genshin, esto lo tenía hecho. Primer error. El combate por turnos de Honkai parece relajado, pero pincha más que un erizo con mala leche en una licuadora. Tienes que combinar elementos, gestionar energía, vigilar turnos enemigos... Y todo intentando no entrar en pánico.

¿La trampa? Cada personaje tiene solo tres acciones. Tres. Es como jugar al ajedrez con todos borrachos y el tablero ardiendo.

Obviamente fui sin ningún sanador, solo bestias de cristal con más traumas que salud. Aguantamos dos tandas hasta que nos aplastó un robot del tamaño de un centro comercial. La escena de la derrota? Una tragedia cinematográfica de matrícula. Cero arrepentimientos.


Tu grupo es un caos (y ahí está la gracia)

El juego quiere que te importe lo que ocurre. Lo raro es que funciona. Todos los personajes van entre ser absolutamente demoledores o estar a un par de frases del psiquiatra, y a veces ambas cosas. Tienes una gótica eléctrica, una kitsune que hace de consultora empresarial, un robot acumulando traumas emocionales y un chaval-monge que habla como si vendiera galletas de la fortuna… con resaca.

Un momento estás desenredando conceptos filosóficos; al siguiente tirando bolas de nieve a una tirana en miniatura. Nada debería encajar, pero encaja. Ni idea por qué. Supongo que es porque el juego se tira a la piscina sin mirar. Cada planeta es su propio culebrón galáctico: cultos, golpes de estado y máquinas expendedoras con demasiada personalidad.


Sí, es free-to-play, y no, no hace falta dejarte el sueldo

No te voy a engañar: me esperaba muros de pago por todas partes. Pero Star Rail va y te tira tiradas gratis como si fueran caramelos. Y el grupo básico da la talla. Me pasé el primer planeta con el equipo de tutorial y una enfermera depresiva armada con una escopeta. Dignidad intacta.

Ahora, si vas detrás de la waifu de la guadaña, suerte. Los dioses del gacha piden o paciencia o cartera. Eso sí, el grindeo no te frena el avance: solo tienes que espabilar y pillar el truco. Mats diarios, sinergias de equipo y rezar lo justo a RNGsus.


Este juego es una fábrica de pantallazos

Es casi ofensivo lo bonito que se ve. Belobog parece una bola de nieve sci-fi reluciente. Luofu es como soñar despierto después de una maratón de anime y cuatro cafés. Hasta los bichos de relleno parecen caros.

Y los personajes? Una locura visual. Los ultimates parecen sacados de un tráiler de Crunchyroll. Sí, hay atuendos pensados para vender dakimakuras, pero a ver, esto es anime, disfruta el circo.


Aquí también se grindea, pero no amarga

Ojo: Star Rail en cierto punto reduce la marcha. No es un frenazo, más bien un suave: “¿Te apetece farmear reliquias hasta perder la fe en la estadística?” El Trailblaze Level limita el avance de la historia, así que toca dar vueltas por los mismos mapas, buscar mats, reliquias y rezar por ese stat que nunca cae.

Pero la verdad, podía ser mucho peor. Te van metiendo sistemas nuevos poco a poco, y no agobia. Y la actualización 3.0 arregló mucho: menos tareas tontas y stats más decentes. Hay eventos que ya no te hacen buscar guías para saber ni por dónde empezar.


¿A qué sabe de verdad jugar a Star Rail?

Como hacer malabares con bolos en llamas subido a un patinete en la luna. Suena caótico. Y lo es. Vas apañando debilidades, reservando ultis para los momentos clave y racionando los puntos de habilidad como si fueran raciones de comida en el espacio.

¿Y de repente? Zas. Persigues a un gallo cósmico que se cree un planeta reencarnado. Y lo raro es que ya ni te sorprende. Los cambios de tono están hechos a posta. Y eso es lo que mola.


Conclusión: ¿Subes o no subes a la Astral Express?

Este juego es un delirio galáctico envuelto en purpurina. Es gratis, pero parece caro; es por turnos, pero te mantiene tenso; es gacha, pero de alguna forma, no abusa. No preguntes cómo lo han hecho.

¿Perfecto? Nanay. A ratos es repetitivo. A veces la historia se hace un lío con la línea temporal. Pero la mayoría del tiempo es brillante y lo suficientemente desquiciado como para no aburrir.

Si te gustan los JRPGs raros, salvajes y con cosplay de por medio, pilla billete. Y de verdad, llévate un sanador. Me lo agradecerás.

Haz clic aquí para jugar Honkai Star Rail